Acrósticos

 Cada uno de ellos colorea una flor, iluminan así sus memorias y las manos modelan una hora de sus vidas. Ahora viven en la escuela de los últimos años, ahora, ya sin prisa, me retan a poner poesía en cada uno de sus corazones y yo, obediente, me pongo a ello. Residen en las últimas hojas del otoño, tienen el invierno sentado en sus rodillas y ellos y ellas que fueron primaveras me han devuelto al verano eterno de la gratitud. Vivimos porque ellos vivieron, por eso me hago su voz en un cuaderno y  convierto en acrósticos las palabras que brotan de las letras de sus nombres.

       





1 comentario:

  1. Y ahora ya no puedo vivir sin ver ese cuaderno; necesito tus acrósticos, tus palabras entrelazadas, tu corazón escrito! Te quiero brujita.

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