Barreras

                                     
    
 Barreras, unas veces te protegen y otras te impiden salir. Nos las colocan según el fin o las ponemos según  el miedo que tenemos. Barreras que no siempre es necesario sortear. En ocasiones basta con sentarse y descolgar las piernas o  apoyar las manos y mirar. Mirar y sopesar las consecuencias. La prudencia es necesaria y el sentido común. Yo he levantado junto a otros una que me proteja de la estupidez. Haz lo mismo, la estupidez es muy peligrosa y siempre hay buenos materiales para impedir que caigas en ella.



Enredada. Poemas en red





Las fotos que mostramos por aquí, 
las que guardamos largo tiempo.
Aquellas que nunca mostraremos, 
las que nunca hicimos,
esas que otros hicieron y no vimos.
Futuras fotos que dirán que aún vivimos.
Todas robadas al instante de vida que,
como poco, fuimos. 
Y solo en muy pocas nos reconocemos.
Fija la mirada, sonríe, pon ojitos.
Ahora dispara y siente que eres tú. 
Sin retoques.


Me gusta contar cuentos, escucharlos.
Leerlos, meditarlos, disfrutarlos.
Pero, ay el pero,
hay algunos que cuentan una historia que no es cierta, 
te la tiran a la cara,
   ofendidos
estiran las palabras,
y las sufren claro.
No escuchan tu versión
es el cuento recuento del soberbio,
el que ofendiendo vive.
No me gustan, esos no.
Prefiero las historias africanas,
sencillas, hermosas, valientes.
Las otras ponen la cabeza en llamas y queman. ¡¡Agua!!

(Que las calles no den miedo a nadie)

Basta de cortar las alas
de saciar complejos haciendo daño
marcando, humillando o matando.
Basta de salir a cazar,
¿no fue bastante entonces,
cuando las libertades eran utopías
y tantos tantas fueron presos presas de la incomprensión?
Basta ya de tanto odio
de sangrar por elegir como vivir la vida
el cuerpo que te aloja
tu sexualidad, amar amor amar.
Basta ya, vamos.
Basta ya.


Ayer no sentí el frío de la roca 
piel, piedra envejecida por las lluvias
ajada por los levantiscos días 
que te azotaron.
Las nieves de las sienes, simas
arrugadas por la eclosión 
de tantos pensamientos.
Ayer no supe adivinar el tiempo,
temporal que erosiona las laderas
que va creando córcovas, 
deformando ese cuerpo sagrado que tanto queremos.
Ayer no pensé que hoy 
me dolería que te duela
esa vieja montaña
desde la que oteé la llanura,
el valle, mi futuro.
Ay, como llega todo,
aunque no lo esperemos.
(A los padres que se hicieron viejos)


Agradecida la tierra
oculta el invierno bajo ella,
cubre cada tristeza de amapola.
Amanecerá al verano
recorrido el camino que lleva al refugio del agua.
Allí, desnuda de dolor, nadaré yo
sumergida bajo esa capa de anhelos que ocultaron la desesperanza.
Allá voy,
      hecha contigo planeta.



Miro a la libertad y me sonríe desde una copa.
Se ha tomado un respiro y un trago. Y luego otro.
Desde el fondo del vaso agita su trasero.
Se grita y reivindica.
La contemplo sin dar crédito, no la reconozco
entre las babas alcohólicas de la muchedumbre. 
Mi libertad se hace visible.
Me mira atónita.
¿Cuántas libertades somos?
Se hace un ovillo y
se oculta en una vela 
que se finge paraíso.







Recita el agua un verso líquido 
se bañan en ella los sonidos cansinos de la calle
se recrea un niño en sus gritos 
dos mujeres murmuran silencios de vacío
un motor se ahoga presionado por los sueños adolescentes.
Frente a mi, el sol pinta en la pared
recuerdos de infancia
galgos dormitando en la glorieta
el calor de las piedras en la piel
los helados de fresa que canta la mujer de negro
el jolgorio de las vecinas que cosen sobre las aceras.
Recita el agua un verso líquido 
y yo me sumerjo en ella
para ser también niña.
Aquella que en  "lacalleherencia" soñó con hoy.


Esperando ante la inmensidad de la laguna.
Si la eternidad es de agua,
ya sabéis,
eternamente laguna.



Si laguna pudieras ser eternamente 
podrían mis ojos contemplar tus atardeceres violetas, rojos.
Si laguna pudieras ser, 
gracias al río
que tu cuerpo alimenta
                           y mojara el mío 
con el brío del que virgen llega,
sin que nadie robara la esencia del caudal que te regalan.
Si pudiera ser mi laguna
de aguas eternas, si ella pudiera.
Agua sería yo y tú, estoy segura,
con solo verla.
Si pudiera laguna ser, majestuosa,
entre los carrizales  verdes, 
                  y amanecer,
en cada  invierno,
con mantones de escarcha
en las telas de araña 
de los taraíces que dan sombra a la orilla.
 Ay, si pudieras eternamente ser laguna.
Si laguna pudieras ser...
Laguna
Laguna
Laguna



Hoy toca recogida y puesta en marcha.
Guardar el frío en los armarios.
Extender el verano en los espacios asignados de lavanda.
Sentirme feliz poniendo en blanco el sofá y las camas desnudas,
azul en las paredes y un toque  verde en la punta de mi corazón.
Toca lanzar por todos los rincones
puñados de ilusiones,
en cada peldaño que me lleva hasta el agua, un mar.
Y, en el alféizar de todas las ventanas,
amaneceres con lunas trasnochadas
regalando la tenue luz que nos lleva a casa.
Hoy toca ser feliz, aunque esté nublado.


Por las rendijas de las persianas se cuela el sol.
Dibuja un mundo de lugares comunes en las baldosas blancas  del dormitorio. Se mueve la cortina de sombra de un día cualquiera, atrevida la mosca intenta colarse en la claridad de un pensamiento feliz.
Una voz lejana rompe el hechizo de la siesta. Me resisto a ello y, embrujada, vuelo hasta lo más alto de un cielo que sabe a hierbabuena.
Va llegando el verano. Brindo con vosotros por su calidez y sus noches sin máscara.


(En Torre de Juan Abad)

Anoche, en la noche noche                 

la luna me iba mirando  
los bambúes se movían
bailando junto a los gatos.
Anoche, en la noche noche
la luna se iba acercando
por un camino de hiedra
iluminando mis pasos.
Anoche, en la noche noche
la luna llena en el monte
entre las ramitas verdes
a mis brazos se ha lanzado y
en una torre muy alta 
en faro se ha transformado.
Luna  luna
Noche noche
Anoche.


Mientras acechaba la muerte
y la soledad inundaba mi casa,
cantabas un bolero, madre.
No tuve palabras para contarte el miedo que sentía. 
Sola por los pasillos,
sola en la cocina, la cama o el jardín y,
               en el sillón rojo de él,
un vacío negro, madre.
No hubo palabras, ni besos,
ni abrazos para despedirte.
No podía ser.
No era posible.
¿Cómo? ¿Quién? ¿Cuándo? Madre
Cómo fue que las dos
no quisimos contarnos
                     los terribles temores,
cómo, con un "todo va bien",
nos dijimos adiós, madre.
Y, y tú te fuiste,
te marchaste en silencio,
sola,
como nunca quisiste.
Hoy, después de tanto tiempo, 
puedo poner, por fin, palabras 
                          a todo mi dolor. 
No hay despedida para una madre. 
Estás conmigo.



Detrás de cada uno de los días, 
de cada pensamiento, 
deseo e ilusión.
Detrás de aquellos días 
          preciosos de la espera
de dar a luz tus ojos, ya sabes,
         tus ojos.
Tras cada amanecer adolescente          
sin apenas secretos,
toda voz.
Tras de ti o a tu lado 
en los buenos y en los otros.
De estos últimos días, cariño,
del último festejo con luna llena.
Detrás de ti, tan solo queriendo ser sombra, tu sombra, 
recojo tanta felicidad que,
quedando tras de tu estela blanca
solo me queda, lo de siempre,
seguir queriéndote
aún más. 
Tras de ti, en esa noche mágica
que nos has regalado.
Tras, tras  tras                                                          



 Se abre la puerta de los días felices
cuando la ilusión estalla en pétalos de rosa.
Se viste de esperanza la belleza
iluminando los valles de las Tejeras Viejas.
A las puertas del mañana 
nos acercamos, todo música y canciones.
Es lo que tiene celebrar la vida
cuando la vida es tu bien más preciado.
Frente a la puerta me torno campanilla
para llamar a fiesta, desde ahora,
a aquellos que se unirán a ti
compartiendo una tarde que amanecerá bañada de risas y brindis.
De par en par la puerta queda
al amor y a los sueños.
Qué suene la banda.
Qué comiencen los fastos.
Tú y yo sabemos, mi niña,
sabemos...
Te quiero tanto, tanto.



A veces las piedras crecen, se abren al cielo, traen el agua, se muestran eternas.
No son frías ni parecen muertas.
A veces ser piedra no es duro, te ayuda y te sirve. No te duele.
Te liberan con solo mirarlas, te cambian, te acogen.
A veces si lees en ellas te susurran su historia, te dicen
    puedes seguir viva y te das por aludida.
No son frías ni parecen muertas
a veces las piedras.




Mala pata

 Hay pisadas que te conducen a nada, una parálisis de ti mismo.

Te duele y te detienes.

Eres un accidente de la naturaleza cuando menos lo esperas. 

Tu propia cárcel el cuerpo en un segundo y

aunque tienes la llave no

siempre encaja en la cerradura.

Serenidad y paciencia mientras llega el momento de volver a caminar.

                          


Respuestas

Pasa el tiempo y seguimos esperando respuestas. Sentido a lo que pasa. Intentamos llegar a la causa que nos lleva a esas situaciones de injusticia, ilógicas. Durante años se lucha, se reivindica, se intenta conseguir algún logro para lo que crees, y seguimos en el limbo del que no comprende, ahí, en el lugar donde crece la incertidumbre y la desilusión. Durante algunos años parece que  podríamos conseguirlo. Un día amaneces a la realidad, tanto empeño, tanto preguntar, abanderar el discurso y te das cuenta: no hicimos la pregunta correcta, y ellos, los responsables lo sabían y se pasaron décadas utilizando tu ignorancia. Ahora cuando puedes acorralarlos ya no quieres preguntar. No merece la pena, ya estás fuera y los que quedan no tienen dudas.