Hay pisadas que te conducen a nada, una parálisis de ti mismo.
Te duele y te detienes.
Eres un accidente de la naturaleza cuando menos lo esperas.
Tu propia cárcel el cuerpo en un segundo y
aunque tienes la llave no
siempre encaja en la cerradura.
Serenidad y paciencia mientras llega el momento de volver a caminar.
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