Pintar la vida

Hace años escribía "si la realidad se pone gris, la pongo verde". Hoy muchos años después sigo sin saber hacerlo. Lo que parecía tal fácil con quince años ahora debe requerir unas dotes que, sin duda, no tengo. Sin embargo he aprendido que los días tienen mejor color si repites lo bueno. Que puede aparecer un arco iris si ves lo mejor en los demás. Que, si intentas pintar tu vida con el color que da la risa, aparecen motas de humor que al mezclarse con el gris se vuelven plateadas, del color de las estrellas. Así que "si la realidad se pone gris, brochazo". Creo que ya he conseguido un azul brillante y un rojo cereza. Y sigo... Mola.

Suma y sigue



Ni siquiera se cómo ha pasado ni cuánto tiempo ha transcurrido desde que estrené aquellos zapatitos de charol negro. No me voy a poner a contar cuántos zapatos he gastado en este aumentar de número ni cuántos kilos se han ido sumando a mi cintura. Tampoco me voy a poner estupenda con eso de que por dentro me sigo viendo como antes. No. Hoy me visto por los pies y nada ni nadie consigue restar peso a mis ilusiones.