Hace unos días hablábamos de la muerte en nuestra tertulia y leíamos algunos textos de Galeano, entre otros autores. Mientras, la muerte cubría con su manto sus festejos y otras festejaban sus días a pesar del drama que lloraba su ciudad. Muchos criticaban la postura de quien no era capaz de quedarse acompañando el duelo de su pueblo. No, no deben sentir nuestro dolor, el dolor de los que día a día se desangran en una guerra de balas numeradas que apuntan justo al corazón de los que habitamos en el suelo. Ellos y ellas, todos, nos vigilan desde arriba, en la boca de este pozo que han construido para que no les arrebatemos su situación de privilegio. Pero amigos, arriba también llega la parca y en eso somos iguales.
Totalmente de acuerdo!!!!!
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