Reencuentros

 Se unieron los astros y por fin el encuentro prosperó. Fue noche de confidencias, risas y alguna lágrima. Cuando el tiempo se ha estirado tanto los hechos se acumulan, las vivencias quieren contarse y entre copas y abrazos se comparten. Tiene la Mancha atardeceres y noches que sirven para escribir en ellas los reencuentros. Tiene el verano la cadencia justa para mover las aspas, triturar las distancias y desempolvar los años. Y fue allá en los campos yermos que brindamos felices por la vida. Fue una noche mágica que por fin hicimos realidad. Con las musas tejiendo constelaciones en Criptana y entre molinos.



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