Abandonos

Llegamos a un lugar donde el futuro era ayer, el presente nacía con la ilusión de un embarazo deseado y el pasado se reencarnaba en las paredes. Nos alineamos en la parte trasera de aquella casa de siglos,  en los corrales, en el palomar. Conseguimos resucitar a aquellos que aún quedaban y que estando a la espera ya eran  muertos. Otros, los forasteros, conquistaron un espacio que nunca había sido suyo y el esfuerzo de los que siempre nos amaron edificaron, en las ruinas, un palacio de sueños para los que aún quedan por llegar. Ahora estamos solos entre silencios de hierbas salvajes y vuelos de añoranzas y me pongo a pintar el vacío de azules, convierto el abandono en un océano de cal y allá donde la desidia habita planto las voces de las mujeres de negro que se sentaron en sus puertas cuando el patio era hogar. Vivo en una casa mitad realidad, mitad nada. En ella aprendo a ser la eternidad que seré.




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