Me voy a nadar con las sirenas. Al fondo de un mar de silencios. A rozar las algas luminosas, los corales. Me sumerjo para ascender a un mar de sal y olas saltarinas y me dejo llevar por las corriente para no pensar en otra cosa que en el agua. En lo que somos. En la vida. Luego retomaré con fuerza mis brazadas, determinante, valiente y decidida llegaré nadando a la orilla misma de esta playa, justo en el comienzo del ocaso. Esperaré que la luna me de un abrazo de bienvenida y me dormiré entre las rocas y la arena, solo cubierta con un manto de estrellas. Sola y rendida. Dueña de mi vida.
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