No es el caso que nos ocupa baladí. Los pájaros revolotean y picotean en muchos árboles y arboledas. Se pierden éstas, a pesar del poeta, porque se han poblado en extremo de urracas que portando sus tesoros robados llenan los troncos. Y allí donde la sabia corría ahora se atesora la rapiña.
No, el caso no es baladí y piando hoy los pájaros querían convencernos con sus trinos de su inocencia. No hemos sido los gorriones, ni las golondrinas, han sido las urracas, bueno nosotros sólo les dimos cobijo en nuestros nidos. Nosotros no hemos sido, son las urracas que un día nos cegaron con los brillos de los tesoros que usurpaban.
No, no es un caso baladí el de estos pájaros.
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