
Encuentros felices
Romper la historia
"Paz" con aceite
Enciendes el día y una ventisca arrasa las paredes del amanecer, funde la luz, convierte tu despertar en una locura. Las certezas de ayer hoy son dudas. Las leyes decretadas nulas en unas horas. Donde hubo algo no queda nada. Saldrá la boca a gritar lo que se dijo pero no habrá oído que escuche el mensaje incumplido. Los más, los más ni se enteraron. Los menos ya no quieren saber. Apago el día, miro la cuerda de la ropa, la golondrina ni se mueve, está en su casa. Un sorbito de café, mi tostada de "paz" con aceite... comienzo la jornada sin atender al ruido del orbe canalla. Ducha y a trabajar en la selva de los libros donde no hay estridencias. Entre hojas de tinta pulso el interruptor. Buenos días.
Huir a la carrera
Los fantasmas atenazan mi corazón, literalmente,
confundiéndome.
Convierten la placidez de la mañana en mal humor,
en desesperanza.
alejándome de él, no sé, si poco a poco
o huyendo yo, sin más, a la carrera.
No me doy por vencida todavía,
vislumbro, no obstante, la bandera blanca de la rendición.
Casi podría asegurar que no tardaré en pisar un territorio,
un lugar, donde muchos no tendrán cabida.
Me deshago, no sin esfuerzo, de desazón y malos pensamientos
y me siento, en silencio y atenta,
sobre los suelos cubiertos por las palabras
de los que saben decir, y ya no dicen,
esperando ese momento para la paz,
la mía.
Un virus llamado Ganar
Pensaba la inocencia que el poder nos salvaría y confiada iba eligiendo. Atónita, cada día, iba descubriendo la metamorfosis de los elegidos. Contemplaba como se transformaban las ideas en un eslogan, una marca, una imagen. Observa ahora como se pudre y se desdibuja el objetivo fundamental de la llamada DEMOCRACIA, como todos persiguen solo estar y como poco a poco la inocencia trastoca el orden de sus letras y, siguiendo el ejemplo, hace un pacto con otras letras y aparece con otro nombre CONCIENCIA, la que tanto echo yo en falta desde hace mucho en esos que ya no encontraran inocentes sino insurgentes ante tanta desvergüenza. ¿Habrá alguno que merezca nuestra confianza? Con la que tenemos y todos ellos de elecciones. Se necesita una vacuna que mate esa voraz necesidad de ganar.
Animales
Cada tarde encuentro en los caminos la soledad encerrada entre rejas. Es una soledad tan triste que dan ganas de hacerle compañía. Relincha y se acerca con esos ojos nobles y preciosos que hablan en una lengua de tiempo que no alcanzo a entender. Tampoco entiendo el objeto de su cautiverio. Es tan triste contemplar cada día su existencia entre suciedad y silencio, algún perro, con suerte, o unas gallinas alrededor. Animales de tiro sin tirar en una quietud que parece eterna. Comparo nuestro tiempo de encierro y pienso ¿Quién es el animal? El que no tira o el que no sabe por donde "tirar".
Ahora
En el momento justo que decidí parar, en el instante que comencé a no esperar, en ese instante volví a la paz. No del todo, hay muchas incertidumbres, pero fluyó la savia renovada y llegó a cada parte de mi naturaleza. Volvieron los colores, las sensaciones y poco a poco desaparecieron los temblores de ese seísmo que desmoronaba hasta la última de mis neuronas. Es ahora, hoy, este instante, lo que venga será mañana y eso será otro día y otra circunstancia y entonces, entonces iré a por todas otra vez. No hay mayor esperanza que la de no desesperar. ¿Te apuntas?