Amanecía en Manhattan, ya había taxis cruzando la sexta.
Otro día frente a la vida inmensa de aquel verano.
La vida detenida en un país lejano,
allí, en la película de ayer.
Amanecía en la sexta, una lluvia bañaba las aceras,
una multitud salía a bocanadas del metro,
yo existía tras un croissant,
allí, y no era cine.
Amanecía en New York, yo amanecía a otra vida.
Renacida en aquel mundo,
en un viaje que cambió mis veranos y mis conceptos.
Allí, en mi.
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