Distancia

Todos los años las golondrinas vuelven desde lejos a mi casa. No ponen distancia entre nosotras sino que frecuentan el alero y la cuerda de tender de mi terraza. Vuelven cada vez mas pronto y tardan mas  en volar a África. Hay distancias mucho mayores, las que nosotros mismos establecemos cuando levantamos una barrera de silencio. Ni una llamada ni un encuentro. Pasa el tiempo. Pasa el silencio sin alas y uno se queda solo como las lagartijas que viven sin moverse de la pared mas soleada del jardín. Si uno quiere puede ser golondrina, si lo prefiere lagartija. La distancia la ponemos sin contar ni metros ni kilómetros, solo con ignorar que hay alguien mas que antes existía. Solo con dejar pasar los días.

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