Princesa o rana

No me interesas si desprecias mi trabajo. Conozco y creo firmemente en lo que hago: principio de autoridad y carácter democrático se unen para conformar un perfil profesional con el que atender a las personas a las que sirvo, haciendo, al mismo tiempo, cumplir las normas de convivencia que se exigen para que lo público pueda ser de todos.
Intentas insultar a la persona que está tras la mesa, el mostrador o la ventanilla., pero no me conoces. Ahí no estoy yo, está la profesional que soy. Y, sí, de eso sé mucho, estoy muy preparada. Pero a mi, a mi no me conoces. Puedo ser princesa o rana. Mi ego queda colgado cada mañana del perchero de mi casa.. 

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