Me gustan los comienzos. Los retos que provocan terremotos de ideas. Me gusta perfilar caminos en cuyo recorrido la creatividad flirtee con la imaginación y, de paso, sea necesario razonar para conseguir la meta. Disfruto sumergida en este universo ilimitado, perdida, solo en apariencia, entre un bosque de palabras que se juntan para formar lo que será una nueva aventura.
Y mientras hay quien teme lo nuevo, yo me inclino por inventarlo, por hacer que la esperanza me sirva para seguir avanzando. Hoy por hoy solo nos queda eso, volver a empezar.
Y por qué no. A quién no le gusta estrenar.
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