Celebramos a las madres que dan vida responsablemente, que
cuidan y miman. Las que son todo sacrifico y desprendimiento, entrega y amor. Celebramos
a esas luchadoras, lobas, esforzadas mujeres que se dejan la piel por sacar, hasta de lo más hondo, a sus hijos perdidos. Queremos parecernos a las que
educan con esmero desde la equidad y la justicia, con ternura y con firmeza,
aunque les duela. Las queremos, estén donde estén. Y, mientras escribo, un
recuerdo me trae dos palabras, madre
patria.
Alguien la ha matado o la tiene secuestrada porque sus hijos se sienten, más que nunca, abandonados.
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