Vivir y vivir

Hay días que amanecen rojos. El reloj enloquece y va de las tres a las nueve o de las siete a la una. No hay tiempo, sólo un espacio infinito. Un torbellino agita tu mundo y por momentos lo cotidiano desaparece en una realidad desconocida y luminosa. No hay quien frene la sonrisa que adorna tu cara ni suspiro que detenga el trepidar del corazón.
Hay un día en tu vida en el que por fin la cabeza está perdida, no hay más razón que la ilusión ni más lógica que la libertad de dejarte llevar.

Ese es el día. No te detengas, sigue las señales. Pase lo que pase estás viva. Mereces vivir. Ese es tu día, vuela con él. Vive.

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