Las
armas se disparan, hieren y matan. Hay quién aprovecha las armas para desarmar
a quien ni siquiera está apuntándole pero, por si a caso, dispara en otra
dirección y entonces, el otro cambia de objetivo. Amigos no nos dejemos engañar
por el verdadero cazador ni por sus ojeadores. Nosotros aún estamos desarmados,
somos su presa y ellos no quieren perder su trofeo. ¿Tendremos que apuntarles? ¿Qué
arma elegiremos? ¿El silencio o la palabra?
Hola Rosa ¡qué alegría!Internet es fantástico te encuentras con trabajos de amigos, conocidos, vecinos y paisanos que ni siquiera sospechabas que practicaban. No sabía que tenías un blog, me ha encantado. Ya tienes dos seguidoras más, nos tienes a Lucía y a mí. Me alegra que te guste nuestro blog.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo!!!!!!!!
Hola Rosa ¡Qué alegría! cuando menos lo esperamos nos encontramos con amigos, vecinos, paisanos en los sitios mas inesperados. Me encanta tu blog, ya tienes dos nuevas seguidoras, Lucía y yo.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo.