Abuelas 2


Algo me quedó de ti después de deshacerte en mil cintas de seda, algo que yo deshilvané para no seguirte tan pronto. Y era una y otra vez, noche tras noche cuando el negro daba paso al blanco para renacer entre almidones, tan frágil, tan delgada.

Algo me quedó de ti después de desgranar mil oraciones, algo que yo desbaraté por no saber seguir esa fe que me abandona y, sin embargo más de una vez te rezo cuando cae el manto tenebroso de mis miedos y sólo me quedas tu, allí, entre mil capas de telas. Blancas.
¡Abuelita!

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