
Indefensión
Naranjas de plásticos
Cumplir años
La gran empresa de buscarse una vida
Aprender el respeto
Suenan canciones en agosto
Lanzamiento de piedras
Nada más que un dibujo
Rituales.
Hace tan solo unas horas, en un tiesto, he vertido la ilusión por las plantas que ella tenía. Con cuidado he plantado las suculentas poniendo verde y vida en lo que ya era marchito y muerto. Bajo un rayo de sol y sobre un suelo de piedra, muy cerca de sus fotos, he pretendido llevar una porción de existencia donde solo quedan sombras, en ese empeño nuestro por cumplir sus deseos y hacer ofrendas a los que tanto hemos amado y aún amamos. Ha sido un momento singular, silencio, sol y un par de gatos, agua, tierra y un montón de latidos. He pasado un lienzo blanco, ha rozado mi mano ese vacío, acariciado tibiamente el mármol y he dado por concluido el ritual. Tengo que reconocer que me ha sentado bien a pesar de ser tan poco dada a estas tareas.
Allí he dejado la mañana, a ellos los he traído conmigo.
Lugares en peligro de extinción
Viajar en el tiempo
Casitas de chocolate
No tardes no sea que no llegues a ti misma
Diosas de las tormentas
Precisamente hoy, casi al final del día voy a celebrar a mis heroínas, mujeres capaces de luchar en tantas batallas a lo largo de su vida, en ocasiones desde la infancia, que no me resisto hoy a cruzar el límite de las emociones que, cada vez más estoica, me permito. Cultivar la palabra, ser mágica o tierna entregándote a tu tarea es fácil cuando la salud te acompaña. Ellas están dentro de la ola que las lleva a las profundidades o las arrastra a la orilla entre rayos y truenos y es entonces cuando realmente se produce la magia y se cubren con su gorro de hadas, cogen el miedo y lo hacen suyo junto con el dolor y el cansancio, junto con el insomnio y el desvelo y van hacia adelante con todo y con los que estamos al lado. Y son ellas las que nos dejan en las playas contemplando como viven el mundo real con sus insignias de valor, sus banderas de esperanza y sus armas en pie de guerra aunque les falten las fuerzas. Es precisamente hoy que no puedo dejar de abrazarte a ti, a todas y cada una de las que lucháis con esa pequeña célula rebelde que le ha dado por hacerse la interesante. Os cubro de flores diosas de las tormentas.