¡Qué florezcan luciérnagas!

Llegó la primavera con fuerza de verano y con ella los falsos vendedores de futuro, este año multiplicados. Y apareció el ser siniestro bajo su capa de oveja a vender la ambición de una idea que ya solo es pasado y sacó su pezuña para mostrar debajo una garra milenaria.
Llegó la primavera y una alergia a este polen que no da más que gramíneas.
        Ojalá algún día florezcan luciérnagas en las cunetas para alumbrar los caminos de la razón.
Y que llueva, que llueva a cántaros.
Añoro tanto las flores.