Distancia

Todos los años las golondrinas vuelven desde lejos a mi casa. No ponen distancia entre nosotras sino que frecuentan el alero y la cuerda de tender de mi terraza. Vuelven cada vez mas pronto y tardan mas  en volar a África. Hay distancias mucho mayores, las que nosotros mismos establecemos cuando levantamos una barrera de silencio. Ni una llamada ni un encuentro. Pasa el tiempo. Pasa el silencio sin alas y uno se queda solo como las lagartijas que viven sin moverse de la pared mas soleada del jardín. Si uno quiere puede ser golondrina, si lo prefiere lagartija. La distancia la ponemos sin contar ni metros ni kilómetros, solo con ignorar que hay alguien mas que antes existía. Solo con dejar pasar los días.

Blanco satinado

Con una pintura blanca he pintado un mueble que era viejo y al terminar había renacido. Su presencia le otorga a la cocina un aire gustaviano. Lanzada con la brocha he embadurnado una silla, un platero y un mesa que era verde, muy verde. Viendo como todos se hacían presentes he pintado de blanco satinado mi imagen invisible. La invisibilidad es un don y es un castigo cuando no existes para aquellos que debieran mirarte, alguna vez. Pero tranquila amiga invisible yo te veo de todos los colores. Y a los que no te ven yo no los miro.

Vivir



Amanecía en Manhattan, ya había taxis cruzando la sexta.
Otro día frente a la vida inmensa de aquel verano.
La vida detenida en un país lejano,
                                    allí, en la película de ayer.
Amanecía en la sexta, una lluvia bañaba las aceras,
una multitud salía a bocanadas del metro,
yo existía tras un croissant,
                                      allí, y no era cine.
Amanecía en New York, yo amanecía a otra vida.
 Renacida en aquel mundo,
en un viaje que cambió mis veranos y mis conceptos.
                                       Allí, en mi.


Pequeña

Cuando éramos  pequeñas el verano era casi eterno.
La siesta era algo de mayores.
La noche también.

Cuando éramos pequeñas la cuneta era una selva.
Las tormentas daban miedo.
Y los rayos mucho mas.

Cuando éramos pequeñas el mundo cabía en un escaparate.
La cama se convertía en barco.
El suelo en mar.

Cuando éramos pequeñas mis amigas eran mías.
Las horas eran suyas.
La vida era jugar.

Cuando éramos pequeñas soñábamos ser mayores.
Ahora ya lo somos.
Yo sigo siendo igual.
                                   Pequeña.