Viajar en el tiempo

He estado en un intermedio de lo que viene siendo lo diario. Vivir en la rutina de los otros, romper sus horas y hacer tuyos sus espacios compartiendo momentos, queriendo disfrutar de cada cosa, las fotos, los recuerdos, la vida de esa persona de la que te separan tantos kilómetros y que desearías tener siempre cerca. No es un viaje cualquiera, es un viaje en el tiempo, el que se llevó esos días felices con todos los que descansan en el mar. Estoy,  aún, en ese punto de fuga, aunque ya he vuelto a casa y es porque están en mi las líneas que me llevan a ella y a los demás trazando la perspectiva de las calles con sus empinadas cuestas, el mar, la montaña y el silencio de Torbi, una perrilla escapista que siempre busca un resquicio por donde salir. Viajar en el tiempo es más fácil de lo que pensamos.
       



     

 

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