Soñar y sonar


Suena el  cielo y mira el mirlo mientras construye un lenguaje de altos vuelos allá, sobre la antena enmudecida. Asoma la niña por la barandilla de la niebla, mira como un par de nubes se mueven al son de los trinos y adivinan los sueños que rondan la mañana.  Ha despertado el día y ella regresa a los brazos de su madre, al calor del hogar, ahí donde la luz extiende un sendero por donde caminar segura. Suenan los sueños y los pasos describen los paisajes que algún día la alejarán de las canciones de la infancia. No dejes nunca de soñar niña, no dejará el mirlo el diálogo de plumas que podrá traerte, si estás atenta, a tu auténtico son sin desentonar en tu destino, siempre que las nieblas nublen tus amaneceres.

 

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