Amigas y basta

Llegaron y adornaron mi casa de abrazos y  sonrisas. Cubrieron el espacio de mi vida con un velo de recuerdos y lo fueron llenando, hasta sus bordes, con todas las canciones que cantamos allí, ayer. Se sentaron conmigo, todas ellas, las que fuimos, las que se fueron y las que no llegaron. Y recorrieron las calles de mi vida cotidiana, leyeron los poemas que yo leo y contemplaron los paisajes que más amo. No puedo describir los sentimientos que brotaron en esta primavera bendecida por el reencuentro. Llegaron a mi vida hace cuarenta años y en ella se quedaron cantando, riendo y siendo como siempre amigas, hermanas.

La amistad, cuando es auténtica, no necesita contarse. Se siente y basta. 

2 comentarios:

  1. Y ahí estamos, sencillamente; y en cada reencuentro, brotamos.
    De cualquier lugar, en cualquier lugar, viejas amigas...

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  2. Mis queridas, muy queridas amigas.

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