Quién me compra ...

 Se va pasando el mes de las tormentas y los ruidos. Se acerca un verano refrito de sucesos viejos. Nos vienen de lejos los sones de butrones que horadan las arcas donde se guardan el derecho al derecho. Vienen del campo olores putrefactos de las granjas, los cerdos siempre acaban por llegar con los vientos, da igual si son cierzos o solanos, nos llegan y  con ellos esa desidia y ese no saber dónde poner la cabeza. Nunca me gustaron los vendidos pero menos los que les compran las voluntades, esos tan añejos, malos vinos que acaban como siempre envenenando todos los caldos y todavía hay quien cree que habrá buenas cosechas si cambia el viento.  Seguro que no será Mary Poppins con su sonrisa mágica.




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