El pañuelo de seda

Quise enmarcar un pañuelo de seda de mi abuela para adornar el salón de mi casa nueva. Ya va para veinte años y aún no encontré el marco que mereciera robarle la posibilidad de agitarse con el viento o mojarse con la lluvia.
Nunca la vi a ella tocada con él y es posible que esa sea la razón por la que quiere el pañuelo permanecer preso en el cajón. No sirvió nunca para lo que estuvo destinado y no hay peor destino que el que no llega.
Aunque, bien pensado, puede que este que ahora lo rescata y lo hace protagonista de estas letras sea para lo que siempre estuvo destinado, traer hoy hasta aquí el color lila que tanto gustaba a mi abuela y que pintado estaba en los bordes de la seda.

1 comentario:

  1. Rosita yo también tengo un pañuelo de seda de mi abuela: el de su boda.

    Es pequeño, rosa, solo tiene unas diminutas flores bordadas en los bordes y se remata con una honda.

    Pero de su madre, de mi bisabuela, tengo otro de seda lila, es un pañuelo más grande, aunque de cuello ( esa medid vamos), y solo tiene dos rayas blancas una más fina que otra.
    Son pañuelos, que a veces he visto en los museos etnográficos, y que, en alguno de elose, he visto que ponía: " pañuelo de seda de Filipinas"

    Quizá el pañuelo espera que lo anudes a tu cuello o que, efectivamente, quede aquí entre nosotras!

    Gracias por compartir! Abrazos

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