Mientras hay vida

Nada hay más triste que pensar que ya no queda tiempo.
Que apenas quedan  amaneceres ni mediodías para soñar despierto.
No hay rendición que merezca ni diez minutos de tu vida
 porque cada momento es un proyecto de pasado,
un hasta luego presente, un ya pasó y eso,
eso necesita de un recuerdo.
No hay nada más triste que sentir que mañana no tendrá contenido.
Que no quedan horas para perderse en sus minutos.
No hay tratado de paz que acuerde la pereza de vivir tu existencia
y es que cada segundo que te queda ¡Ay amigo mío!
cada segundo es una bienvenida,
un hola cómo estás, una mano tendida y eso,
eso requiere que te pongas las pilas, te dejes ya de angustia, de quejas y
retomes tu vida.
                           Tu proyecto, tu tiempo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario