Alegría para enero

Siempre hay motivos para la tristeza. Ese lugar oscuro donde no cabe más que el desaliento y la angustia. Siempre hay razones para entristecernos, para caer a esos lugares grises y profundos. En ocasiones la tristeza se justifica así misma, tiene razón. Otras te atraviesa a traición y te hiere como una enfermedad infinita. Pero siempre está ahí, justo al borde del espacio que ocupa tu día, pegada a la alegría que, por cierto, goza de las mismas oportunidades que la otra, o más. Si estás entre las dos, ya sabes, puedes buscar puntos
para trazar tu línea.
Yo esbozo un garabato lleno de curvas.
Escojo para enero la ALEGRÍA.

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