Ay las despedidas después de
vivir en el centro mismo de tu vida, cuando nada te aparta de lo importante y
sólo hay que ocuparse de dar. Cuando tu casa es el lugar de encuentro y todos
los que son están. Ay, ay, ay cerrar la
puerta, no encontrar maletas ni ropa por el medio. Es lo que tiene ser feliz,
no dura siempre, pero la vida continua y esto sólo ha sido un hasta luego. Volveremos
a encontrarnos y mientras tanto cada uno a lo suyo que es lo que toca,
disfrutando de todo lo que vaya
surgiendo y sin perder de vista nuestro centro, el mejor lugar del mundo, ese
donde sólo habita el amor, estemos dónde estemos.
Muy cierto!!! Sabias palabras.
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