Amanece en azul y la luz envuelve
mi casa adornándola con rayos de sol. El frío pinta de rojo mis mejillas y
el olor a café y pan tostado perfuma la mañana. Es invierno y la estación nos
regala los días más hermosos del año, siempre que el sol consiga escaparse por
alguna rendija del firmamento. Dos pequeñas arañas suben y bajan por sus hilos
de plata mientras los gorriones me miran, descarados, desde las cuerdas de la ropa. A pesar de que existen aguafiestas que ponen en gris los amaneceres, hoy brinca mi alma celebrando la
vida, agradecida.
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