Fabricar tu mundo


Uno comienza a forjarse una vida de adulto responsable y no es fácil. Renuncias a las locuras de la juventud, a regañadientes. Dejas atrás la libertad ingenua de la infancia. Te fabricas un estilo de vida en el que intentas un cierto confort, una cierta independencia y unos muros grandes tras los que ser tu mismo. Un ejercicio de supervivencia harto difícil porque para ello has tenido que renunciar a mucho, te has sacrificado y esforzado con los tuyos,  mientras otros eran cigarras y ni te veían. Y cuando estás sintiendo que ha merecido la pena, alguien quiere entrar porque le gusta lo que tienes… ¡Cuidado!

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