Las ratas


Las ratas salieron corriendo cuando vieron el peligro, antes se comieron todo lo que rodeaba su  madriguera: los cables de la luz , el aislante de las paredes, las maderas del armazón. Asustaron durante años a los dueños de la casa ocupada por su  mundo ratonil, incluso en alguna generación estos roedores históricos mordieron la oreja o la manita de algún pequeño, mientras dormía.
Ay, pero cuando la casa comenzó a hacer aguas, salieron de todos los rincones, se subieron por las cortinas y asomaron sus bigotes entre las cacerolas y los manteles en un último intento reivindicativo y oportunista. Los dueños achicaban el agua con cubos y escobones y cuando las vieron decidieron no acogerlas por más tiempo. Les abrieron la puerta. Fuera, el mar lo inundaba todo y ellas se agarraron a un mantel como  bandera.
Hay quien nunca tiene bastante y lo quiere todo. Todo lo bueno.

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