Ser un río


Amanecer sobre las aguas viendo aparecer el sol tras las verdes laderas de las orillas de un río. Rendirse al sueño navegando hacia una ciudad de cuento mientras las luces amarillas anuncian la llegada a una esclusa.

Bailar sobre un río abrazando la música y riendo a la noche compartida con gente indefinida que en ese momento son tu familia.

Y esperar, esperar la salida a las maravillas de un tiempo atrapado entre piedras centenarias, entre la historia y las historias contadas, a la par que se añora la vuelta a ese azul que te acuna.


Ese ha sido el viaje. Ser río.





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